CETA desde su fundación, en 2005, tiene la vocación de ser un centro de pupilaje y apoyo a opositores, jóvenes que creen en su capacidad y esfuerzo como mérito para labrarse su futuro ocupacional, y en concreto en la función pública en el Área de la Administración de Hacienda del Estado.
Por ello las personas que componen el equipo de docencia, ya sea como preparadores, ya sea como gestores, amén de su destacada cualificación, tienen en común esa vocación, en una relación tutelar, a la que dedican un tiempo que se superpone al que emplean en su trabajo en la Administración.
El premio que se espera retribuya esta dedicación no es, en lo esencial, económico sino de satisfacción emocional por el éxito de nuestros alumnos, que adicionalmente en muchos casos se acompaña de afecto mutuo, que surge en el empeño en común.
Creemos firmemente, que sólo esa relación tutelar/pupilar de mutua confianza y respeto compensa el esfuerzo, y aumenta las posibilidades de éxito.
Por ello queremos explicitar que el opositor que se matricula en Ceta, acepta implícitamente este ideario.
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